lunes, 29 de julio de 2013

Huracanado

La lluvia de tus cabellos cae en cascada sobre el terraplén de mi clavícula, ahogando el nervio, rebosando el pecho, creciendo las sensaciones y haciéndolas correr cadera abajo con tu tifón de caricias torrenciales. Reviviendo el oasis de mi ombligo, salpicando el risco cosquilleado por la brisa áspera de tu mentón.

La tormenta pasa. Mi cuerpo devastado pasa a alerta naranja mientras aún cerca, al horizonte de mis piernas, tus ojos de nubarrón amenazan mi geografía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario